En nuestros centros trabajamos la interioridad como una dimensión esencial de la persona. Corresponde al ser y potencia lo más genuino de cada uno. Entrar dentro significa ponerse en contacto con nuestro yo, con los demás, con la vida y con Dios, a través de lo más profundo de nosotros mismos. Esto nos abre a la trascendencia y nos posibilita la generación de relaciones auténticas porque nacen del interior y ofrecen la profundidad y riqueza que constituye nuestro ser.
Fomentamos momentos de silencio y reflexión personal posibilitando experiencias significativas que puedan acercar a cada persona al encuentro con Jesús en el que descubran su amor.
Para amar algo hay que conocerlo: De igual forma impartimos formación religiosa en el marco de unos valores solidarios y trascendentales comprometidos con los más necesitados.
Acercamos a nuestros alumnos/as a la experiencia de la fe a través de la oración de la mañana que cada día realizamos en clase, de una forma vivencial y centrada en su realidad más cercana y en el lema anual.
Las sesiones de interioridad trabajan la dimensión corporal, la dimensión social, dimensión emocional y la dimensión espiritual desde la búsqueda interior, a través de las distintas áreas.